A veces, el tiempo...
Es curioso, en ocasiones llevas una idea en la cabeza y luego, de repente, todo cambia. Ayer, al llegar a Zaragoza, había unos 34 grados y un sol de esos de freír huevos fritos en los capós de los coches (exagerando). Bueno, pues tras las visitas de rigor, a saber, Fnac, bar El circo y el bar de Sergio Algora, Bar Bacharach (que sólo por el nombre ya merecería visita, pero que además tiene la mejor música de Zaragoza) y el intento frustrado de ver un dvd (me quedé en la 1ª media hora "asofado") me fui a dormir. Y hoy ha salido lloviendo, y con 20 grados menos, sin exagerar.
Pues me alegro, diréis. A lo que iba es que ayer en Fnac, otro rito, me compré mi triada habitual, cd, dvd y libro. Por orden inverso, Hotel Nómada, un libro de viajes de Cees Nooteboom, que me hizo gracia entre otras cosas por estar traducido por Isabel Lorda Vidal, profesora a la que sustituí en uno de mis primeros trabajos en Ensenyament, nada menos que en el barrio de Sant Roc, entre Sant Adriá y Badalona. ¿Recordáis una serie de TV titulada La frontera azul, de samuráis? Se decía que allí, en el Liam Samg Po, se entraba pero no se salía. Pues ese instituto era parecido. En fin.
Lo segundo que cogí era El sentido de la vida, de los Monty Python, una edición con muchos extras y a la que le tengo muchas ganas.
Y lo tercero, dudé. Vi el último cd de Beth Orton, Comfort of Strangers, que me gusta bastante, pero era un poco otoñal, nada acorde con los 34 grados de la calle. Pero lo cogí, y está mañana, mientras oía llover desde la cama (placer inmenso), también escuchaba su bella música, parece que haya hecho él cambiar el tiempo.
P. S. Ahora, sin embargo, suena otra cosa, Edwyn Collins, con uno de sus cds más raros, I'm not following you, porque un crítico y escritor del que me fío mucho, Kiko Amat, lo ponía entre sus influencias.
Otro día hablaré de ese gran programa de la Cuatro, Callejeros, que os recomiendo ya.
La imagen de la entrada me ha parecido una parábola de estas elecciones, y se la dedico a Díez Espinosa y Lola, ya que es de la fotógrafa alemana Hanna Hoch.
Etiquetas: Beth Orton, cultura, Edwyn Collins