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miércoles, octubre 28, 2009

Joan Miquel Oliver - Surfistes En Càmera Lenta

martes, octubre 27, 2009


El amigo Gaddus Morhua



Que no se extrañe nadie, no es que haya hecho amistad con un lituano o algo así, el amigo Gaddus Morhua, o mejor en cursiva, gaddus morhua, es, ni más ni menos, algo que nunca falta en mi nevera (junto con el queso, los ibéricos, los pepinillos, el chocolate, las cervezas, los yogures, la fruta, las setas secas..., caramba, sí que tengo cosas en la nevera...) es, decía, el bacalao.






Algo tiene de especial este pescado que es infinitamente mejor y más variado después de la salazón que antes. El bacalao fresco es soso, una carne con poco sabor y consistencia. Tan es así que los británicos lo usan para ese plato tan sublime y refinado como es el fish and chips (espero que se note la ironía). Afortunadamente, desde hace siglos, en la península ibérica, en Italia y en Noruega, se pone en salazón y después se deseca en los secaderos para almacenarlo durante meses. Y entonces se produce el milagro, la carne se repreta y se hace sabrosa y apta para cientos de recetas con las que no se podría ni soñar con el bacalao fresco. Los portugueses, auténticos maestros del bacalao, tienen al menos una receta para cada día. A mí me gusta mucho de su gastronomía el bacalhau à Brás y el Gómes de Sá.




Pero en otros territorios peninsulares también lo bordan. La esqueixada catalana, la brandada, el bacalao a la llauna, gratinado con alioli y piñones, el memorable bacalao al pil pil vasco, el simplemente rebozado (ya hablé aquí de Casa Labra en Madrid y sus tajadas de bacalao rebozado con sus cañas tan bien tiradas) o con tomate y tiras de pimiento...


Es curioso que el bacalao era antes comida de pobres, de los que no podían comer pescado fresco y se apañaban con el bacalao. A mí me siguen enterneciendo las bacaladerías, con su máquina para cortar, sus bacaladas amontonadas, sus variados cortes (ah, qué maravilla los callos de bacalao, si los veis en algún restaurante, aunque son caros y raros, no lo dudéis). También era comida de vigilia, de viernes en los que no se podía comer carne a no ser que se comprara la bula pertinente (¡menos mal que ya no hace caso a esas cosas!!), aunque ahora es más caro que un buen solomillo y la penitencia es comprarlo. En fin, me encanta.


P.S. No voy a poner como hilo musical a Ximo Bayo o cosas parecidas. Como ya nombré a los portugueses Sétima Legiao, pongo el cd que me compré en mi última visita a Portugal, Maria Rita, brasileña e hija de Elis Regina.

Salud.

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lunes, octubre 19, 2009



El secreto de sus ojos












No suelo ponerme a escribir en caliente de pelis que me han gustado, a veces una peli te entra y poco a poco su recuerdo se diluye y ese entusiasmo te parece poco justificado, pero ya han pasado unos días del visionado de la última de Juan José Campanella, El secreto de sus ojos, y tal y como preveía Carlos Boyero en su entusiástica crítica del lunes 21 en El País, su recuerdo se agranda, sus personajes se te quedan adheridos a la piel y los sigues teniendo presentes (yo creo recordar que hasta he soñado con alguna de las escenas de la peli, al menos esa sensación he tenido algunas noches).





No sólo es que a Campanella le haya salido su mejor peli, es que será de lo mejor que veamos en lo que queda de año. Todo le ha quedado redondo: el guión (con sus vueltas y revueltas, al hilo de eso tan sutil e inexistente que llamamos memoria), escrito al alimón con Eduardo Sacheri, autor del libro en el que se basa le peli, originariamente titulado La pregunta de sus ojos; el reparto, con un inconmensurable Ricardo Darín (¡pero qué bueno es este jodido argentino!), una estupenda Soledad Villamil, y dejo para el final a Guillermo Francella, el amigo alcoholizado y perdedor pero con principios inamovibles: su personaje da un contrapunto heroico a la vez que cómico que amalgama toda la peli. La realización también es buenísima, se nota que en haciendo tele en EE.UU. Campanella se ha curtido y se atreve con planos innovadores.




En fin, peli de obligado visionado, y no digo más.




P.S. Aunque ahora suena otra cosa bien alejada. recomiendo el primer cd de Gotan Project, La revancha del tango, que aunque remachacado y oído hasta la saciedad, su electrotango sigue siendo muy vigente.

Salud.

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viernes, octubre 09, 2009

Al Mar - Manel

A veces lo más simple es lo mejor. Me encanta esta canción y éste ha sido mi último concierto. Saludos.