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miércoles, noviembre 29, 2006


La luz en la ciudad

Ya hemos hablado aquí alguna vez de la ciudad, de sus bellezas y también de sus miserias, y un día comentamos algo sobre la niebla disolviendo el perfil de los objetos (frase que luego corregí, por cierto, porque era de Julio Ramón Ribeyro, no de Gómez de la Serna). Me diréis, con toda razón, que la verdadera luz es la natural, la que se ve en un atardecer o amanecer, con esos cielos rojos con que nos obsequia el Mediterráneo o también un día de cierzo en Zaragoza. Un cielo así es una auténtica maravilla. Pero no quiero olvidar la luz nocturna, mortecina, de una farola reflejada en un río, por ejemplo, como la que he puesto en esta magnífica foto de Brassaï, los claroscuros, los reflejos de los edificios sobre otros. Cuando se visita ese estupendo edificio que es el CCCB en Barcelona, llama poderosísimamente la atención la visión de los edificios del Paralelo, las chimeneas de FECSA, allí, en las cristaleras del CCCB.
En Barcelona se puede disfrutar en varios sitios de la ciudad a los pies, empaparse de su luz. A mí me gusta subir a un mirador que hay al lado de Montjuic, un asador de pollos, creo, y tomar allí una cervecita viendo el perfil de Santa María del Mar, la catedral, la cuadrícula del Ensanche. Siempre he dicho que es un buen sitio para un encuentro de espías.
La luz del Mediterráneo es especial, aunque suene a tópico. Un día de estos iré a Valencia en tren, y os aseguro que ver esconderse el sol por el mar, anaranjado y exuberante, es una buena manera de alegrarse el día.
Otra es oír, como ahora, a Mongo Santamaría tocar el "Watermelon man".

martes, noviembre 28, 2006



Los diarios
Me gusta la literatura diarística, no sé si es una parte del deseo de alcahueteo que llevamos dentro o qué, pero he leído bastantes autobiografías y diarios. De hecho, tengo una tesina empezada sobre el tema, pero vamos a dejarlo...

Los diarios son más aburridos que las autobiografías, muchas veces no están hechos para ser publicados sino que son rescates post-mortem y eso les resta excelencia literaria, pero aun así son muy entretenidos de leer si el autor es cuidadoso.

Esto viene a colación porque ayer acabé con el tomo número 8º de los diarios de Andrés Trapiello, personaje curioso del que ya llevaré leídas más de 4000 páginas (sí, querida, has leído bien). Sus diarios son siempre iguales, pasan las mismas cosas, la vida en Madrid, el Rastro, los libreros, la casa en Extremadura, los viajes..., pero siempre se vuelve a ellos con gusto, aunque te enfades con sus "boutades", su misantropía. Es un poco como lo de Woody Allen, que o lo amas o lo odias, pero en el primer caso buscas sus novedades cada año. No sé si es un autor para todos, probablemente es más bien para letraheridos y bibliómanos como yo, pero lo quería comentar. De fondo yo le pondría jazz, algo moderno para irritarle, tal vez US-3 en cualquiera de sus versiones de "Cantaloupe island".

sábado, noviembre 25, 2006


No son horas

Lo sé, las 2 de la mañana no es una hora para andar asomándose a esta ventana, que dicen algunos pedantes, pero vengo de ver "Scoop" y tengo saudade de Londres. Sé que es un tópico sentirse deslumbrado por una metrópoli como Londres o París, ciudades ambas que, como Berlín, conservan ese hálito de ciudad moderna e imperial, y por eso lo voy a dejar de lado.
De lo que quiero hablar rápidamente, mientras suena "Excuses for travellers" de Mojave 3 ("a Dios? pongo por testigo" que el cd lo he puesto antes de pensar siquiera en este blog) es de las ciudades contemplativas, ensimismadas, que tienen un aspecto fundamental para mí: espacios elevados públicos para ser contempladas. Otro día hablaremos de Lisboa, quizá el mejor ejemplo, pero hoy me quiero quedar con las ciudades que tienen un río para dejarse llevar, para ser mirado a lo Manrique. Creo que todas las ciudades que me gustan mucho tienen río o mar, tal vez sea ese contacto con la naturaleza, aunque domesticada, lo que les da parte de su encanto. Y poder subir a la cafetería de la Modern Tate, todo lo impostada y discutida que se quiera, pero un edificio industrial magnífico, y pasar unos minutos en los sofás (con un libro, una libreta...) viendo el río, el "skyline", todo gratis y limpio... Eso sí que tiene que ver con la cultura...
Una recomendación ensayística de hace tiempo, que me llegó de la voz de Josep Ramoneda, ese agitador insustituible que tan bien lleva el CCCB de Barcelona, "Ciudades", del belga-flamenco Stephan Hertmanns.

martes, noviembre 21, 2006


La estrategia

En estas elecciones primarias para elegir el candidato a la presidencia francesa por parte del PSF, que afortunadamente ha ganado la interesantísima (y no sólo políticamente hablando) Ségolène Royal, se ha visto una de las estrategias políticas más burdas para destrozar al rival, la contaminación. Va a ser que la famosa frase de Martín Villa que tanto dice el gran Miguel Ángel Aguilar es cierta: "A cubierto, que vienen los nuestros" (aunque aún hay otra peor: "si alguno te ha de joder, de la familia ha de ser"). El fragmento de debate en el que Royal hablaba de la necesidad de que los profesores hagamos 35 horas en los centros educativos ha sido convenientemente manipulado y utilizado.
¿Ésta es la nueva política que viene, la americanizada del uso y abuso de cualquier medio de comunicación, del poder de los publicistas y los asesores de imagen? ¿Tan lerdos somos?
No quiero cabrearme, sólo recomendar un poema de Mario Benedetti, que se titula "Táctica y estrategia" y que no tiene nada que ver con esto y el segundo cd de los franceses Air, "Moon safari", estupendo para el domingo por la mañana, como ya comentaré.

lunes, noviembre 20, 2006


La cultura

Leo el pasado jueves una noticia en "El país" que no me resisto a comentar. El titular dice "La cultura es el sector español que más aporta a la economía" (evidentemente, añado yo, el 1º es el ladrillo), un 0'18% del PIB, frente al 0'23% del sector inmobiliario. La verdad es que es una estadística, con toda la "credibilidad" que comporta, pero no me negaréis que llama la atención. Que un país como éste, o éstos, tenga en la cultura su segundo sector más productivo, con el analfabetismo funcional que tenemos, sus 4 horitas diarias de televisión, su índice de lectura (un 50% de los españolitos dice que no lee nunca o casi nunca) es cuando menos paradójico.
Uno de los mayores demagogos y asesinos de la historia, Goebbels, dijo: "Cuando oigo hablar de cultura saco la pistola", aforismo al que el PP le dio otra vuelta en los años 80, cuando se subvencionaba todo, con "Cuando oigo hablar de cultura saco la chequera". No quiero entrar ahora en lo de si la cultura tiene que estar subvencionada, cuál sí y cuál no, los criterios, en fin, todo eso, pero no me digáis que no es una noticia sorprendente. Pasa como lo del calentamiento global del que hablaba Blair, que ahora resulta que hay que preocuparse de él porque es caro. Pues la cultura es productiva, así que a invertir.
Hoy se me ocurre un libro desternillante, "Cómo acabar de una vez por todas con la cultura", de Woody Allen, y algo "popular" como el estupendo cd "Aprés la pluie", de Erik Satie.
P.D. No perderse "Infiltrados", pura descarga de adrenalina y de buen cine.

martes, noviembre 14, 2006


Slow cities

Uno de los movimientos o tendencias (palabreja tan de moda como los "coolhunters" o buscadores de modas) que me han parecido más atractivos en los últimos años es éste de las ciudades lentas, cuyo logotipo os he puesto aquí al lado. Se trata de una reivindicación de la lentitud (hay un libro, "Elogio de la lentitud" que ha tenido mucho éxito) en medio de esta vorágine de prisas en la que la vida urbana y sus servidumbres nos tiene metidos. Este movimiento, de carácter efímero me temo, pues al extenderse pierde parte de su ser, señala a pequeñas ciudades en contacto con la naturaleza, con un patrimonio artístico reseñable y que tiene eso que se ha denominado "alta calidad de vida", estándar que se mide cuantificando metros cuadrados de zona verde por habitante, librerías, cuidado del entorno, reciclaje, ausencia de contaminación... Hasta lo que yo sé, surgió como respuesta de un grupo de restauradores-dueños de restaurantes al "fast food", pidiendo eso que los de habla inglesa denominan "take it easy", "tomátelo con calma". Y me parece perfecto. ¿Ciudades? Pocas y selectas, alguna italiana de la Toscana, alguna de Alemania, británicas, francesas... En España no sé si hay alguna, creo que sí, o al menos yo diría Vitoria y Gerona. Tranquilidad y buenos alimentos, que decía aquél.

lunes, noviembre 13, 2006


KRAFTWERK

Los que me conocen desde hace años saben que el grupo más constante en mis gustos musicales es éste de la imagen de arriba, los alemanes Kraftwerk (su página web es un prodigio de elegancia y sofisticación, http://www.kraftwerk.com). Los empecé a oír al finales de los 70 y primeros 80, una canción que salía en un programa de radio sobre ciencias ocultas (entiendo que de pequeño le interesen estas cosas del ocultismo a uno, pero no comprendo el éxito de Iker Jiménez), y que era "The robots". Entonces me compré sus cintas, algunas en el Rastro, y ya han pasado más de 25 años y me siguen apasionando. Sus espectáculos en directo, con un sonido pristino y abracadabrante, son un prodigio de montaje y de conjunción de música y elementos visuales. Además son inteligentes, irónicos, buenos teóricos y excelentes músicos. Su canción "The models" considero que es la melodía pop electrónica perfecta. Y el cd de versiones que le hizo el Señor Coconut demuestra la validez de su música vertida al merengue o chachachá.
Han tocado en Zaragoza este finde, pero los 42 € de la entrada y el hecho de ir en cartel con raperos y electrónicos varios no me ha invitado a gastármelas. Hace 15 años sí los vi, y me parecieron insuperables. Sé que pensaréis que si la música electrónica, que si la frialdad, pero yo considero que son la reencarnación de la vanguardia de primeros de siglo.

viernes, noviembre 10, 2006


Le brouillard

Esta noche en Zaragoza hay niebla, lo que no es noticia en el mes de noviembre. "La niebla disuelve el perfil de los objetos", dijo alguien, tal vez Julio Ramón Ribeyro. Atravesar el río Ebro en una noche de niebla me parece una experiencia fascinante, ves cómo va subiendo desde el río, cómo se hace una presencia líquida, cómo difumina el paisaje, lo que unido a la luz fantasmagórica de alguna farola da un resultado similar al de la foto de Brassaï de aquí al lado.
De adolescente y post- amaba la niebla, ese velo que apenas dejaba atisbar unos pocos metros. Llegaba a casa, me quitaba la gabardina beige de mi padre que llevé durante años y, si no había nadie, ponía un disco en el equipo de música (por ejemplo el "Ocean rain" de Echo & the Bunnymen), apagaba las luces, y dejaba que sólo los indicadores de grabación de la pletina (LED) [esto suena casi a Pleistoceno] iluminaran la habitación. Para darle más atmósfera, dejaba que un cigarrillo soltara todo su humo sin yo tocarlo.
Ahora ya no me gusta tanto la niebla, la aborrecí el año que estuve trabajando en Cervera de Segarra, Lleida, veo que las fábricas de mi barrio huelen más, que el frío cala, pero hoy se podía ir con una chaqueta, había 12º en la calle, y el jazz suena estupendamente tumbado en el sofá.
Siempre recordaré un magnífico cuento surrealista de Boris Vian que da título a estas líneas, "La niebla". En él, de repente cae una niebla afrodisíaca sobre la ciudad que impide que las personas se reconozcan unas a otras, y todos sus pobladores se ven poseídos de una inconmensurable incontenencia desprejuiciada. Días más tarde, cuando la radio anuncia que la niebla se disipa, todos los ciudadanos deciden sacarse los ojos. Genial.

martes, noviembre 07, 2006


Pena de muerte

Hoy me apetece hablar de la noticia del domingo, la sentencia de muerte a Sadam Hussein. Como dicen en "El Quijote", "cosas veredes, amigo Sancho". Hoy nadie parece querer recordar el estatuto de amistad que tenía Sadam Hussein cuando era el bueno de la guerra Irán-Iraq, ni las armas y apoyos internacionales de los que disfrutó. Probablemente cuando cometió esos delitos de los que (justamente) se le acusan, Occidente le seguía apoyando, sería curioso buscar en las hemerotecas cómo se trató el asunto en Europa o EE.UU., si es que se trató.
El caso es que en ese juicio se le ha condenado a muerte en la horca. Todas las condenas a muerte son ignominiosas y todas, sin excepción, asesinatos, pero la horca le añade más villanía, más "ajuste de cuentas", más "linchamiento". Es una curiosa forma de iniciar una supuesta vía democrática ésa de empezar colgando al anterior presidente. Y aún he oído hoy al embajador estadounidense en España decir que el ahorcamiento es un "uso tradicional" en esas zonas de Asia. ¡Ay, la tradición, qué socorrida es, que sirve para todo!
Hoy se vota en EE.UU., y en el fondo subyace la idea de un plebiscito sobre la política exterior, el unilateralismo, de EE.UU. Veremos qué ocurre.
¿Qué ponemos de fondo musical? Me viene a la cabeza oír a los Talking Heads, tan diferentes a lo americano normal, con su concierto "Stop making sense". Y para leer, disidentes varios, y ya sabéis de quiénes hablo.

lunes, noviembre 06, 2006


B.S.O.

Estas tres iniciales me traen excelentes recuerdos, docenas de pelis disfrutadas, paladeando una excelente banda sonora que luego puedes poner en tu casa y volver a evocar una y otra vez. Y es que la capacidad evocativa, redundando, de una canción asociada a la imagen, es inmensa. Los publicistas lo saben y hacen buen uso de ella.
Hay cientos de pelis con una banda sonora preciosa, y momentos asociados a ella. ¿Acaso alguien oye "La cabalgata de las Walkirias" sin ver los helicópteros de "Apocalypsis Now"? ¿O al delicioso Jan Tiersen sin pensar en París? ¿O la Aime Mann de "Magnolia", o "The mouche" y "Cotton Club"?.
La semana pasada me llegó un paquete con 230 fragmentos de BSO escogidos que no paran de sonar (gracias, Lola), y la asociación con la imagen es rauda y veloz. Desde hace muchos años, mi favorita es "Cabaret", por la peli, por Bob Fosse, por Liza Minelli, por Berlín, por el estremecimiento de terror de "Tomorrow belongs to me". También conseguí la versión original del musical previo a la peli, excelente.
Disfrutad de las B.S.O.
P. D. Me he dejado sin comentar el tema de la pena de muerte y Sadam Hussein, pero hoy no me quiero poner serio.

viernes, noviembre 03, 2006


New York, New York

Creo que a todos los que nos ha interesado alguna vez lo artístico nos ha apetecido ir a Nueva York. No volveré a hablar sobre Woody Allen, que ha enseñado el NY más bonito que existe (algunos dicen que son decorados inventados por él), ni de la auténtica multiculturalidad, ni de "Autumn in New York", ni de museos. Sólo hablaré de la urbe por antonomasia, la ciudad que rompe los tópicos, superlativa y diferente a todo EE.UU., lo que le cuesta numerosos disgustos. La foto que ilustra estas letras, por ejemplo, es del húngaro Kertesz, que me gusta más como fotógrafo que como escritor, y se titula "New York" y me ha parecido una buena imagen no tópica. ¡Hay tantos NY! Artísticamente es la ciudad más descrita con palabras e imágenes, sobre todo a partir de quedarse como hegemónica. Miles de kilómetros de celuloide, toneladas de páginas y millones de litros de tinta, intentan aprenhenderla, por lo que sólo me queda recomendar dos libros, "Ventanas de Manhattan" de Muñoz Molina y "Historias de Nueva York", del fantástico Enric González. Y de fondo, aprovechando que Muñoz Molina va a uno de sus conciertos, Dee Dee Bridgewater y "Love and Peace", que es lo único que tengo de ella (por cierto, ¿he dicho ya que el día 6 es mi cumple? Jaja), o también el Louis Armstrong de "Autumn in New York". Infinito.

jueves, noviembre 02, 2006

Urnas blancas

Hoy no voy a poner ninguna foto al lado, sólo espacio en blanco. No voy analizar nada de los resultados de las elecciones, sólo el dato de la abstención, 43.23%. A mí me llama la atención que en Cataluña la gente cada vez acuda menos gente a votar, y donde menos, en las elecciones supuestamente más identatarias, las autonómicas. ¿Por qué se vota menos entonces que en Madrid, Islas Canarias, Extremadura? ¿Será que la política, determinada política, se aleja de lo que la gente pide? ¿Será que es vista como algo que no tiene nada que ver? ¿Qué límites tiene la participación para ser legítima, la mitad, 2/3, los que queramos en cada caso? ¿Por qué las elecciones parecen cada vez más un rito engorroso pero necesario que parece tener poco que ver con los problemas reales? La estupenda Ségolene Royal, esa bocanada de aire fresco de la política francesa, dijo hace unos días algo así como "La política interesa a la gente cuando la política se interesa por la gente", y no sé si eso ocurre a menudo. ¿Cuánta gente vota en otros países? ¿A más cultura política menos votantes? ¿Qué quiere decir eso? ¿Y Suiza, haciendo referendos casi semestrales?
Yo siempre voto, me parece que ha costado muchos sacrificios el derecho universal a voto como para no ejercerlo, pero hace años me aboné al voto en blanco, me gusta el juego pero no los jugadores. No sé si es una opción ejemplar, pero es la mía. Estuve en los años de formación de un partido político que hoy tiene representación en Madrid, no me arrepiento, pero no creo que les vuelva a votar.
No sé qué música recomendar, tal vez a los punks más inteligentes, The Clash, y su rompedor "London Calling". Y de lectura, prensa.