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jueves, abril 26, 2007


El infinito silencioso


Se me amontonan las cosas de las que quiero hablar, tengo exámenes, libros en inglés urgentes para leer, pero en un ratito escribo esto.
Yo casi nací en un tren, es decir, a los pocos días de nacer mi madre me envolvió en una manta gorda para coger el tren e ir al pueblo para que mis abuelos conocieran a su primer nieto. Yo tenía días, y os aseguro que coger un tren que fuera para Teruel y que llegaba al pueblo de mi madre cerca de las 10 de la noche de un mes de diciembre turolense necesitaba buenas mantas. Me imagino que, como recuerdo de otras veces, iría a buscarnos mi abuelo a la estación con un carretillo de hierro (con su negro chirrido) para traer el escaso equipaje de la capital, tal vez a mí colocado en medio.
Todo esto para decir que me encanta en tren, que me ha producido muchos momentos de felicidad, que siempre que puedo lo cojo (pese a Renfe, que hace lo posible para dificultarlo, pero ésa es otra historia), que siempre que veo un tren nocturno me subiría a él a donde fuera.
He viajado mucho en tren, y recuerdo algunos viajes preciosos: Lisboa, La Coruña, Oviedo, Madrid, Barcelona, Valencia, unas oposiciones a Cuenca en un regional desde Madrid, de esos en los que la gente sacaba la fiambrera y te ofrecía un chorizo inmemorial o una turgente tortilla de patata...
El tren tiene magia, no es como el avión, que, como se dice, llegas tú antes que tu alma y por eso el extrañamiento de las primeras horas en el destino. Con el tren, tu mirada acompaña al paisaje, va contigo, con tu libro. Por ejemplo, el viaje en tren por la costa mediterránea, al borde literal del mar, infinito como las vías sobre las que va subido.
Siempre me ha apetecido un viaje en coche cama, me parece un lujo asiático que alguna vez cumpliré, o esos que hacen todavía el recorrido del transiberiano o el transeuropeo...
P.D. Hoy podíamos poner de música dos cosas que hablan de trenes, el TransEuropeExpress de mis adorados Kraftwerk, donde se reproduce fielmente la travesía de un tren por Europa (con el tum-tum de los raíles, los frenazos y ese soniquete con un vocoder al final de la canción "Endless-Endless-Endless") o, para los más clásicos, otro pianista de jazz que ya he nombrado, Oscar Peterson y su Night train, uno de los primeros discos de jazz que me compré en la facultad.
¡Pasajeros, al tren!

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domingo, abril 22, 2007



Joseph Roth en Barcelona





Ya no os doy más la brasa con este libro, y menos poniendo la misma foto de Roth (tampoco es que haya muchas más), pero éste es uno de los últimos textos que escribió y me parece muy atractivo:
EL DESCONOCIDO PAYASO DE BARCELONA
En Barcelona, la infortunada ciudad, hay un payaso que hace reír a los niños en los "refugios" donde se han salvado de los ataques aéreos. En los periódicos se ve su fotografía. Ahí está con su atuendo de bufón, en el sótano, en medio de los niños que se han salvado de las bombas, y hace gracias.
Quizás, en el próximo instante, los alcance a él y a los niños en el sótano una bomba italiana o alemana. Acaso a la misma hora, incluso probablemente, se destruye la casa paterna donde los niños nacieron y crecieron, los niños que ahora se ríen de las gracias del payaso: en el sótano, en el refugio, refugiados, al abrigo de la muerte.
¿Quién entonará el cántico de gloria del payaso desconocido de Barcelona, el que incluso huyendo al refugio, frente a la muerte, y lo que es peor: con la muerte a la espalda, aun pensó en llevar consigo du herramienta de trabajo, su atuendo, su "carácter", su esencia? ¿Ha probado alguna vez un hombre estar más familiarizado con la muerte que un pretendido héroe? Se alza el payaso en el sótano para hacer olvidar a los niños el miedo a la muerte, y hasta para hacerles reír.
¿Qué digo del payaso? Si jamás uno de los muchos bufones que el mundo ha visto ha aportado honor a su nombre profesional, ése ha sido él.
Acaso, mientras pasaba volando sobre ellos, la muerte ya los ha alcanzado, a él y los niños que ha hecho felices. Si alguna vez se identificaran sus restos, le correspondería una tumba especial, en un monumento al payaso desconocido, el bufón desconocido de Barcelona.
26-1-1939
P.D. Suena uno de mis grupos favoritos, que suelo poner en momentos determinados, Sr. Chinarro, del que prometo una entrada, su noséqué-nosécuántos.

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jueves, abril 19, 2007


Bowling for Virginia Tech


Ya he dicho más de una vez que el propósito de este blog era huir de lo obvio, y que éste es un tema de rabiosa actualidad (valga el tópico), pero leyendo estos días prensa uno se queda alucinado con los comentarios que ha generado la matanza de Virginia Tech.
Resulta que para algunos expertos (?), la culpa de los asesinatos parece que la tienen las leyes, que impiden que en una universidad vaya gente armada, que, según argumentan, habrían podido repeler la agresión del triste personaje de la fotografía. ¿Hasta tanto llega la estupidez y el individualismo? Si el joven en cuestión (por cierto, ¿por qué tanto recalcar que es un surcoreano? ¿Si hubiera sido de Alabama también nos lo recordarían a todas horas?) no hubiera podido comprar un arma habría ocurrido lo mismo? ¿No es más fácil atajar un problema por la causa que intentar neutralizar sus posibles consecuencias? ¿Y si todos llevaran una pistola habría menos muertos? ¿Porqué hay 250 millones de armas en poder de 60 millones de americanos? ¿Ésa es la idea de una sociedad segura, democrática, donde cada cual se necesita defender a sí mismo y de sí mismo?
Las cifras difieren, pero entre 10000 y 30000 muertos al año por armas de fuego no está nada mal.
Ya habréis visto todos la peli Bowling for Columbine, del histriónico y demagógico Michael Moore, y poco más hay que añadir. El genial Miguel Ángel Aguilar recomendó en la cadena SER un libro de Roser Martínez Quirante, Armas: libertad americana o prevención europea, pero son 30€ de vellón (se lo diré a la biblio). Yo vuelvo a recomendar algo más asequible, El planeta americano, de Vicente Verdú, esclarecedor ensayo sobre los USA (y en bolsillo).
P.D. Suena Moby, Play. y pido disculpas a varios bloggeros que sigo (conde-duque, mabalot, portorosa...) pero no puedo poner comentarios en sus blogs, culpa mía, a ver si lo soluciono, que tengo ganas... Me lío con las contraseñas, viejo blogger, nuevo google, en fin, seguiremos intentando.

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lunes, abril 16, 2007



Café de noche





A veces, una película no parece gran cosa, a veces uno va al cine un poco por ir, por rutina, y de repente te encuentras con una peli que recuerdas con mucho cariño años más tarde.
Es el caso de ésta, Café de noche, dirigida en 2001 por un tal Saul Metztein. Si leéis la sinopsis seguro que os atrae. Es la historia de un grupo de amigos que trabajan de noche y que se reúnen en un garito nocturno para contarse más o menos sus vidas antes de ir a currar, al salir... Cada uno es una fauna en sí mismo: hay una pareja que tienen los horarios cambiados y cuando él llega, ella se va. El chico sabe que ella sigue viviendo con él porque ve que la pastilla de jabón del baño va menguando y la tiene como un fetiche de su amor; otro es un teleoperador nocturno que escribe relatos eróticos y que tiene un reloj que era de Errol Flinn, su ídolo, y que le da suerte. Ah, además en su descapotable antiguo hay una radio que sólo pone música hortera de los 80, tipo Aha y así, y que no se puede parar. Otro es un reponedor que nunca ve más de tres veces a la misma chica, tres disparos (dice él) y fuera, a por otra. Otro está de camillero en turno de noche y se enamora de una chica que tiene al novio en coma en el hospital...
Ésta es la fauna, luego lo aliñamos con una estupenda fotografía, un guión de esos típicos ingleses donde todo es réplica y contrarréplica, una buena banda sonora (excepto la música del coche que se queda siempre en la misma melodía hortera) y tenemos lo dicho, una peli memorable.
P.D. Suena un disco de Medeski, Scofield, Martin & Wood Out louder, que prometía más de lo que ofrece

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viernes, abril 13, 2007



Los desastres de la guerra





No puedo dejar de escribir este texto que he leído en el magnífico libro de Joseph Roth El juicio de la historia, muy apropiado para estos tiempos belicosos, que son todos, por otra parte:
LA CARICATURA DE LA ÉPOCA GLORIOSA
Estuve en el hospital viendo a los "lisiados maxilares". ¿Sabéis qué son lisiados maxilares? Son hombres que Dios creó a su imagen y semejanza, y que luego la guerra remodeló a la suya. Aquí ves la caricatura de la época gloriosa. Éste es el aspecto de la guerra:
El mentón se lo ha llevado un tiro, la nariz y el labio superior cuelgan sueltos al aire. O sólo falta medio mentón. Y, a cambio, hay media nariz a lo largo. O bien una granada se paseó a lo largo de la cara y su ruta queda marcada en la imagen y semejanza de Dios, el rostro de un hombre blanco. O alguno al que le falta la boca, faltan los labios, los labios con los que podía besar o susurrar. Los labios. Sólo los labios...
A los "lisiados maxilares" les está prohibido poseer fotografías de su propia deformación. Está prohibido mostrar al público lesiones maxilares o sus vaciados en yeso que se custodian en el hospital. ¿Por qué? Debieran mostrarse lesiones maxilares en todas las revistas ilustradas del mundo, en todos los museos y columnas de anuncios. Y el ministerio de Cultura debía decretar que, durante medio año, en todos los cines de Alemania, antes de empezar la "Crónica semanal" y al final de la sesenta y siete parte del "Vampiro", se mostrara una imagen: el hombre sin labios.
Y, si se imitara ese ejemplo en todo el mundo, pronto se crearía una confederación de pueblos cuyo presidente sería ese soldado sin labios.
Esa confederación no tendría que dar muchas explicaciones.

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jueves, abril 12, 2007



Europa, Europa





Cuando se viaja por Europa (los optimistas podéis poner delante de Europa "el resto de", yo lo dejo así por lo que diré después), hay muchas cosas que llaman poderosamente nuestra atención. No voy a hablar de los supuestos caracteres nacionales, en los que creo cada vez menos y me parecen generalizaciones absurdas (ya he dicho que uno puede tener a veces más que ver con un sueco de un pueblecito que con el vecino de en frente, aunque haya nacido en tu barrio, tenga tu edad, etc.). Una de ellas, muy obvia, es el silencio, sobre todo en la calle pero también en los lugares públicos. No hay en general esa algazara, bullicio, bronca, bulla con la que adornamos todo en España. ¡Y los coches, no pitan, y mucho menos se insultan! Uno puede pasarse, como a mí me ha ocurrido, tres días en Berlín, Praga, Londres, París, sin oír un claxon ni medio. Si os parece mejor o no, ya me lo diréis.
Otra cosa que no podía dejar de señalar son las librerías. Da una envidia cochina pasear por Oxford Street en Londres y ver Waterstone o Books & etc, librerías que ocupan enormes edificios. Me diréis que es una concepción de la librería muy anglosajona, con grandes lanzamientos, tapas duras, todo eso, pero ES una LIBRERÍA, te la puedes encontrar en cualquier centro comercial, encargan libros, tienen buenas bases de datos, el servicio postal es increíble, y puedes pasar allí, tranquilamente, horas y horas. Mi preferida en Londres es http://www.foyles.co.uk , en Charing Cross, donde además tienen unos puntos de lectura estupendos (y unas tazas de té con el nombre de escritores, que vende Penguin, que son una delicia para el fetichista).
Pero en todos los países de una cierta Europa pasa igual, y estas librerías conviven con las pequeñas, especializadísimas, donde cada libro es un mimo. Incluso en los enormes grandes almacenes tipo Harrods o el berlinés KDW hay una sección de librería que hace quebrar los dientes de El corte inglés, Casa del libro (otro proyecto fallido) y demás. En fin, Europa.
Eso me recuerda a lo que decía mi profesor Agustín Sánchez Vidal, del que os recomiendo su Buñuel, Lorca, Dalí: el enigma sin fin. Cuando estaba por los EE.UU. visitó la biblioteca del Congreso, de la cual no recuerdo ahora el enlace, y nos decía que la auténtica VI flota de EE.UU. era esa biblioteca, donde se guarda un ejemplar de cada libro publicado en el mundo desde hace años.
¿Veremos algo así en España alguna vez?
P.D. Os he puesto una foto mía de Stasromesto de Praga como símbolo, virada al sepia. De fondo, me viene a la cabeza un cd de uno de mis grupos americanos favoritos, los Walkabouts, un cd que sacaron de un recorrido por canciones de Europa (para que veaís su heterodoxia, de España eligieron a... Lluis Llach!), titulado Train leaves at eight.
Salud.

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martes, abril 10, 2007


Entartete Musik


Después de unas cortas vacaciones con visita a Londres incluida (ya contaré alguna cosa de lo visto, aunque al ser la tercera visita ya no sorprende tanto), voy con cosas pendientes.
De mi última visita a Barcelona, o penúltima, como las rondas en los bares, me dejé sin comentar la visita a la excelente exposición de La Pedrera (toda una exposición en sí mismo también) La música y el III Reich. La exposición es magnífica, con mucho vídeo, cuadros expresionistas y, claro, música. De hecho recomiendo que cojáis la audio-guía donde te van poniendo trocitos de las músicas seleccionadas y que ilustran (valga la manida metáfora) todo lo que se ve. A mí esa profusión de Wagner (ah, ese malevólo chiste del gran Woody, "Siempre que oigo a Wagner me dan ganas de invadir Polonia") y de canciones arias me da bastante asco, pero lo que sí que me interesa, aficionado a la mezcla como soy, es lo que los nazis denominaron "arte degenerado", es decir, todo el expresionismo, lo judio, lo negro, el jazz, lo gitano. A mí me encanta. Las espléndidas canciones de cabaret siempre me han atraído mucho. Por ejemplo, Ute Lemper. Hace unos años Decca empezó una colección llamada así, "Entartete Musik" donde se reivindicaban estos artistas, y lo hizo con la bella y excepcional cantante Ute Lemper cantando Berlin cabaret songs, cd que si aún no tenéis y os interesa el tema ya estáis encargando (por cierto, el catálogo de ese año de Decca tenía un vídeo sobre el tema, pero no lo conseguí, ¿alguien lo tiene?). Y digo encargando porque así, de primeras, será difícil hallarlo.
Acompaño la entrada con un poster que se supone que ridiculizaba a los que reflejaba (los nazis creían que los negros eran descendientes de los judios) pero que a mí me hace gracia.
Y de fondo, la BSO de Cabaret, o mejor todavía el musical original en la que se basó la peli.
Auf wierdersehen!

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