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martes, noviembre 07, 2006


Pena de muerte

Hoy me apetece hablar de la noticia del domingo, la sentencia de muerte a Sadam Hussein. Como dicen en "El Quijote", "cosas veredes, amigo Sancho". Hoy nadie parece querer recordar el estatuto de amistad que tenía Sadam Hussein cuando era el bueno de la guerra Irán-Iraq, ni las armas y apoyos internacionales de los que disfrutó. Probablemente cuando cometió esos delitos de los que (justamente) se le acusan, Occidente le seguía apoyando, sería curioso buscar en las hemerotecas cómo se trató el asunto en Europa o EE.UU., si es que se trató.
El caso es que en ese juicio se le ha condenado a muerte en la horca. Todas las condenas a muerte son ignominiosas y todas, sin excepción, asesinatos, pero la horca le añade más villanía, más "ajuste de cuentas", más "linchamiento". Es una curiosa forma de iniciar una supuesta vía democrática ésa de empezar colgando al anterior presidente. Y aún he oído hoy al embajador estadounidense en España decir que el ahorcamiento es un "uso tradicional" en esas zonas de Asia. ¡Ay, la tradición, qué socorrida es, que sirve para todo!
Hoy se vota en EE.UU., y en el fondo subyace la idea de un plebiscito sobre la política exterior, el unilateralismo, de EE.UU. Veremos qué ocurre.
¿Qué ponemos de fondo musical? Me viene a la cabeza oír a los Talking Heads, tan diferentes a lo americano normal, con su concierto "Stop making sense". Y para leer, disidentes varios, y ya sabéis de quiénes hablo.