Mi escasa reputación como persona seria se va al garete con cosas como éstas, pero qué se la va a hacer, cuando uno está solo hace más tonterías todavía. El sábado me cogí dos trenes, hice más de 400 km y me fui a Gerona (que me perdonen los nacionalistas, considero que el nombre correcto cuando se habla en una lengua es mantener los topónimos de esa lengua), con la única intención de ver el museu del cinema (http://www.museudelcinema.org), que llevaba años queriendo visitar con mis alumnos de la optativa de bachillerato de "Cine y literatura". Gerona siempre merece la pena, es una de las ciudades en las que se vive mejor, más bonitas y más equilibradas, y a eso hay que añadir este museo. La colección es increíble, hay decenas de máquinas de ésas que siempre salen en los libros y que tú puedes manipular y observar. Había poca gente y fue una gozada.
Me fascinan esos inventos y descubrimientos de los pioneros de la imagen en movimiento, ese toque naïf que tanto cuesta explicar a un adolescente de hoy acostumbrado a los 80 ó 90 planos por minuto. Todavía no lo había dicho por aquí, creo, pero me ha atraído desde siempre la arqueología industrial, esas primeras fábricas (auténticas catedrales de la industria, bellísimas), ese ladrillo ennegrecido, las fascinantes chimeneas, esas pruebatinas de nuevas tecnologías.
En Cataluña hay una excelente red de pequeños museos comarcales englobados dentro de la red de museos de la ciencia y de la técnica, si pensáis viajar a alguna capital de comarca o alguna zona de la Catalunya central, informaos antes y descubriréis auténticas maravillas (la colonia textil Can Sedó, Can Vidal...).
Bueno, pues eso, que Gerona bien merece la pena, que su río Onyar, con sus casas de mil colores a su orilla... Para mí fue durante años un reducto de felicidad al que ir de vez en cuando y pasear por sus callejas... Ahora hay también un museo judío, sigue estando Le Bistrot, un par de excelentes y bellas librerías, y está cerca de bastantes sitios. Incluso se puede uno encontrar con Javier Cercas (a mí no me pasó).
Que vaya bien.
P.D. En el ciber sólo suena lo que canturrea el de al lado, pero de mi razzia de ayer a Barcelona me traje funk-jazz y el último cd de Lambchop, Damaged, ideal para un día que amenaza lluvia y benéfico frío otra vez.
Etiquetas: arqueología industrial, Gerona, museo del cine
1 Comments:
Pues no había oído hablar de este museo, pero tiene buena pinta... hace mucho tiempo que tengo una visita pendiente a Gerona, tengo una pareja de amigos que viven allí...
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