La muchedumbre famélica
Valga esta entrada para recomendar un libro que me acabo de leer. Es de mi amigo (aunque sólo nos hayamos visto unos segundos lo puedo llamar así) José Ramón Díez Espinosa y se titula El desempleo de masas en la Gran Depresión. Visto así pensaréis que es la típica monografía sesuda sobre un tema histórico, pero no tiene nada que ver. Se trata de una especie de memoria de esa época tan convulsa, los 20 en adelante, a través de docenas de novelas, películas, fotografías, ensayos históricos, monografías, que analizan y diseccionan con todo detalle cómo era la vida de la muchedumbre, de la masa anónima en los países más desarrollados: qué comían cada día (sacado de novelas como las de Orwell, pero también de escritos de la época o de investigaciones actuales), cuántos suicidios se cometían (y se nombra "La canción del suicida", que luego versionó gente como Billie Holliday, "Gloomy Sunday" y que era la protagonista de esa película reciente que me gustó titulada La caja Kovac), en qué espacios ocupaba su ocioso y odioso tiempo el desempleado, cómo se vivía, qué se sentía, cómo se sudaba de desesperación y de ansia un día tras otro, cómo los cuerpos como los de Gigi de la novela de Keum Una de nosotras se buscaban en un afán de tener algo de calor, las peripecias de un ciego, un cojo y un manco en el devenir diario, los "hobos" que deambulaban por Estados Unidos de tren en tren. Y todo esto trufado de datos. Y cuando digo trufado lo digo de forma literal, en mitad de la lectura surge el dato sabroso que pone la exactitud en la impresión subjetiva del narrador de una novela o un relato.
Las letras de las canciones que acompañan al libro o las fotografías sirven todavía más para incrementar estas sensaciones.
Lo dicho, un excelente libro, id y encargadlo en vuestra librería, aunque la universidad de Valladolid no es que se espabile mucho en estas lides. A mí me ha encantado.
P.D. De fondo, algo de Kurt Weill, de la Ópera de los cuatro cuartos. Otro día os cuento la expo que vi en BCN, La música y el III Reich, que también es espectacular. Y si me inspiro, un fragmento de conversación entre dos orates en el tren que es digna del "Sugrañes" de Eduardo Mendoza.
Salud.
Etiquetas: Díez Espinosa, Gran Depresión
6 Comments:
¡Deseando estoy de hacerme con el libro! Tiene el aspecto de esos libros que apasionan poco a poco y te acompañan para siempre. Saludos
"Los hombres que callejeaban por la población tenían el mismo aspecto de incuria: poco dinero en los bolsillos, poca comida en los estómagos, poca sangre en las venas, mucha grasa en el pelo, mucho pelo en la cabeza y poca esperanza en las almas." Imagen que el maestro John B. Pristley captura de los millones de desempleados británicos, europeos y norteamericanos.
Gracias, Julio, por tu emotiva entrada en el blog. ¡Qué menos que un Ribera Duero para hacer más agradable la vuelta al trabajo después de las vacaciones de Semana Santa! Estás a tiempo de elegir.
Alfonso, el libro ya sabes que está encargado, así que sigue su curso.
Joserra, muchas gracias, no hace falta, lamento comunicarte que esto de los blogs no es más que otra variante de secta y que nos leemos 4 ó 5, con suerte alguno más, así que no te van a caer los encargos. De todos modos, haz presión para que el libro se distribuya bien, que en Barcelona no ha llegado a ningún sitio.
¿Ribera? Cuando oigo la palabra Ribera me entran ganas de invadir Castilla, que diría Woody Allen. Me gusta todo, yo soy así, lo que pasa es que conozco pocos riberas.
Pero no te molestes, ya tengo bastante con tus libros y la amistad. Un abrazo.
La impresión que tuve al leerlo -así lo reflejé en mi reseña- fue precisamente la que describe Julio: una obra amena plagada de fragmentos de novelas, música e imágenes, y "en mitad de la lectura surge el dato sabroso que pone la exactitud en la impresión subjetiva del narrador de una novela o un relato". Una buena mezcla de aspectos cualitativos y cuantitativos.
Muchas gracias, carlos g, he visitado tu blog y veo que hay cosas de centroeuropa que me interesan, así que lo miraré de vez en cuando, gracias de nuevo. Y si conoces a Joserra, dale un abrazo y felicitaciones de mi parte, a ver si conseguinmos que el libro se mueva, sería una pena que durmiera en los anaqueles de cualquier almacén de Valladolid.
Apunto yo también el título. Parece muy interesante.
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