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domingo, marzo 25, 2007


La atracción del abismo


Este precioso título de un libro fundamental del siempre interesante Rafael Argullol (joer, cuántos adjetivos en una línea) me sirve para hablar de esa señorona de la foto que la mayoría de vosotros conoceréis, la británica Marianne Faithfull (no sé si es pseudónimo, pero su apellido se podría traducir por llena de fe).
El libro de Argullol no habla de ella, sino del Romanticismo y del paisaje romántico como plasmación del interior del poeta, pero también podría hablar de esta rubia de voz rota, musa en los 60 (y novia de) Mick Jaegger, David Bowie, los Kinks... Luego otro novio más intenso, la heroína, que la llevó al retortero toda su vida... Y en los 80 renace con su excepcional LP (que ayer busqué en Barcelona sin éxito, Modern English) y ya es de nuevo la musa de la modernidad. Se la ve entonces en películas como Intimacy o en la reciente María Antonieta, pero no ha dejado de cantar con su voz de miles de litros de alquitrán provenientes del tabaco y de la mala vida. Oírla cantar, como el viernes se pudo gracias a Radio 3 (quién si no) "Mackie the knife" de Kurt Weill, pone todo el vello patas arriba.
Y nos atrae, como las mariposas barrocas que morían al precipitarse en la llama que les llamaba, estos dioses del arroyo, estos desechos en pie, tienen la fuerza del que ha cruzado el Averno y se acuerda de todo, del que ha ido al sitio del que casi nadie vuelve. Son los ángeles caídos, tan atractivos que dejan en nada al rubicundo triunfador que nos cuenta cosas ya conocidas y aburridas.
Valga este homenaje para ellos.

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