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domingo, marzo 04, 2007


Cine, cine, cine


Así, por triplicado, porque este fin de semana he ido tres veces al cine, y además a tres pelis bien distintas. (Por cierto, una reflexión volandera, ¿qué tendrá el cine para que todavía digamos hoy, cuando algo nos parece estupendo, que "está de cine"?).

El viernes, leyendo el periódico, veo que en la Filmo de Zaragoza ponían, nada más y nada menos que El crepúsculo de los dioses, de Billy Wilder, que la tengo en dvd, que la he visto en pantalla grande es esos cines de BCN que se merecen un monumento, los Mélies, pero no me pude resistir. Tiene esta peli uno de los mejores guiones de cine negro nunca escritos, con un comienzo portentoso que ya no te suelta, y unas interpretaciones abracadabrantes. Cuando Norma Desmond baja las escaleras en su salida de la mansión, las lágrimas me parecen inevitables. La reflexión sobre el cine, su mundillo, la falsedad, son de lo mejor que se ha escrito en un guión.
El sábado tocó otro clásico contemporáneo, el Clint Eastwood de Cartas de Iwo Jima, una dura peli sobre héroes, banderas, traiciones, nuestro pequeño mundo, el deber... No es la mejor peli de Eastwood ni la mejor de guerra, pero es interesante, muestra que todos somos lo mismo bajo nuestro uniforme, el que sea.
Y el plato fuerte fue ayer, esa excelente peli que tenéis en la foto, La vida de los otros, un desgarrador testimonio de las miserias de la vida en la RDA anterior a Gorbachov, con su Stasi espiando y vigilando a todos los ciudadanos. Espléndido el trío protagonista, Sebastian Koch (que estaba también muy bien en El libro negro), la estupenda Martina Gedeck que me encantó en otra peli muy distinta que os recomiendo, Deliciosa Martha, y Ulrich Mühe, el espia, que no conocía y que me pareció muy bien. No os destripo nada del argumento, id a verla, su tono, contenido pero emotivo, llega hasta dentro. Así, de refilón, ese miedo, me recordó a un día que mi padre, en los últimos años de la dictadura de Franco, trajo una octavilla que repartían por los barrios obreros, o el centro, no sé, y el miedo en la cara de mi madre al pensar que podía venir la policía o algo así. Creo que la quemaron en el cuarto de baño y la tiraron al water, por si acaso. Yo tenía 6 ó 7 años, pero aún lo recuerdo.
P.D. Está sonando un excelente cd que me cogí en Fnac, Bart Daveport y su Maroon Cocoon, que además estaba baratito, pop acústico precioso y sencillo.

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2 Comments:

Blogger Alfonso said...

Enhorabuena por el fin de semana. Si es lo que tienen las películas clásicas, que no fallan, tanto las clásicas de verdad, como las que lo serán dentro de poco. La verdad es que La vida de los otros es magnífica, todo lo que no se dice con palabras se dice con la mirada, y eso hace más intensa la historia. Dan ganas de volver a verla. La de Eastwood me tira un poco para atrás, y eso que es uno de los pocos directores que todavía cuentan historias.
Que comiences bien la semana

11:10 p. m.  
Blogger narrow said...

La semana ya va de capa caída, como yo, y sí, la peli es ya un clásico en la que no falta ni sobra nada, así que hay que promocionarla todo lo que se pueda.
Abrazos.

1:23 p. m.  

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