Etiquetas: cocteau twins, música, vida cotidiana
narrow
domingo, diciembre 30, 2007
jueves, diciembre 27, 2007
Etiquetas: cine, Deliciosa Martha, jazz, Paolo Conte
jueves, diciembre 20, 2007
Veamos. Se supone que si le dais al enlace que pongo aquí, os ha de salir un vídeo de uno de mis grupos favoritos de los años 80, los británicos Soft Cell. He recuperado estos días su fantástico primer elepé, Non Stop Erotic Cabaret, y sigue siendo una delicia, esa forma de cantar tan especial, intensa y suave a la vez, de Marc Almond, y el fondo, espléndidamente moderno, de las máquinas manejadas por David Ball. Recuerdo la conmoción cuando salió este elepé a la calle, sobre todo por su archifamoso "Tainted love", y también cómo íbamos esperando todos y cada uno de los fabulosos singles (sí, singles y maxi-singles, ¿recordáis?
miércoles, diciembre 19, 2007
El progreso... hacia el abismo
Etiquetas: ecología, gran Scala, mala leche
martes, diciembre 18, 2007
Etiquetas: jazz, plumas estilográficas, vida cotidiana
domingo, diciembre 16, 2007
Etiquetas: jazz, leer, literatura
martes, diciembre 11, 2007
Etiquetas: the walkabouts., vida cotidiana, vino
martes, diciembre 04, 2007
Corazón praguense
Algo ocurre estos días que tengo el corazón checo. Ya empecé hace unos días, un domingo, que me puse a ver esa excelente película que fue Óscar a la mejor película extranjera en 1967, Trenes rigurosamente vigilados, basada en la no menos excelente novela del checo Bohumil Hrabal, autor al que os he recomendado en otras ocasiones y que no tiene desperdicio. Me fumé una pipa, que me supo a gloria (hacía un montón de meses que no lo hacía, y además con un atacapipas que compré hace años, hecho en la república, entonces, checoslovaca). Y ahora, hace un par de días que he empezado una novela de este simpático escritor, Ivan Klíma, del que compré hace unos meses su Spirit of Prague, que no he catado por pereza del inglés. Su novela tiene el sugerente título de Amor y basura y está publicada en Acantilado, que tiene el mejor catálogo imaginable de literatura centroeuropea. Por ahora la novela tiene ese punto de humor, reflexión, tristeza y saltos temporales, junto con una amplia panoplia de personajes, que tan gratos son a los autores checos, y por ahora me está gustando bastante.
Y la idea de una Praga más fría y menos atiborrada de turistas, ver el río Moldava discurrir desde un café cálido con un café o té entre las manos, pasear por sus calles con algo de nieve... Ay, qué nostalgia. Volveremos al tema.
P.S. A Praga le sienta bien el jazz, y el otro día, en BCN, la librería Central liquidaba sus cds al 50%, así que hice un buen roto. Y a este post le sienta bien el cd Quinteessence, de Bill Evans, una preciosidad de uno de mis músicos favoritos de jazz, introspectivo y lírico.
A disfrutar.
Etiquetas: Bill Evans, Klíma, literatura, Praga