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miércoles, julio 23, 2008

JIMMY SMITH - MOANIN'

Sookie Sookie

Un poco de jazz-funk...

domingo, julio 20, 2008

Y en mi interior yo tengo una playa/

donde fabrico mis recuerdos perfectos


(Historia de tres bares II)


Antes de que se me vayan los temas de las teclas, retomo la serie que inicié con el Café Windsor.




El segundo de los bares de mi vida se llamaba Café Tango y también estaba situado en el Casco Viejo de Zaragoza, en la calle Méndez Núñez, mucho antes de que se pusiera de moda como calle cool llena de bares y de tiendas de ropas y de entrada a la zona de tapas. Creo que lo descubrí (o descubrimos, a medias con Alfonso, no sé) alguno de los días que íbamos a la llorada librería Pérez de la calle Estébanes a rebuscar en sus insondables fondos (¿qué se fizo de tamaño montón de libros, do fueron a parar?). Hoy es una tienda de informática, a la que le auguro un futuro mínimo, pero mantiene los dos estupendos ventanales que tanto me gustaban.
Era un lugar estupendo para tomar un buen café en mesa de mármol (prometo un día una entrada sobre esa bebida que tanto significa) y oyendo el mejor jazz. Al principio de ir, lo llevaban dos chicos y poco más tarde se quedó solo Toño, con el que después he quedado tantas veces para ir de vinos e incluso algún viaje con su 2cv (parecido, sin chica, a este modelo de la foto). Recuerdo, por ejemplo, uno en verano a su Logroño natal, viendo las estrellas con la capota quitada.

A lo que iba, el bar se convirtió en un refugio al que iba en ocasiones hasta 2 veces al día, en el que hablar y escuchar buen jazz, leyendo, escribiendo, sintiéndose estupendamente. Toño nos fue advirtiendo de que la finca la había comprado una gente que quería especular y él aguantó hasta que vendió el local. Después, le perdí la pista, tan aficionado como era a perder móviles y direcciones. Alguien me dijo que se había comprado un barquito y que vivía en él en el puerto de BCN, el caso es que ese segundo bar, en mitad del Tubo, pasó a mejor vida.

P.S. Al principio, el jazz que sonaba en el Tango era en casete y luego pasamos al cd y a intercambiarnos mucha música. Este maravilloso cd de Ben Webster y Harry Edison sonó cientos de veces, así que ahí os lo dejo. Luego pondré algún vídeo de jazz. Salud.

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lunes, julio 14, 2008






Llamando a justicia poética, por favor


La tristeza es un sentimiento profundo, de fondo, ese líquido negro que inundaba la sangre según los antiguos (creo que eso ya lo dije una vez, melancolía viene de melanós, que es griego quiere decir negro, y por eso decían que la sangre del triste es negra) y una de las formas de salir de ella es cambiarla por la mala leche y el enfado, que es un estado más cambiante. Y como en este país de mierda siempre hay motivos para enfadarse, vamos allá.


Por ejemplo, la llegada, como nuevo maná tecnológico, del trasto que pongo arriba, a la derecha (por supuesto), el iphone por el que centenares de personas pasaron la noche al raso en la tiendas de telefónica. Si de algo puede estar orgullosa la derecha mundial es de que sus valores son los predominantes en todas las sociedades y el pijismo lo ha invadido todo, en forma de consumo desaforado, le omnipresencia de las marcas, etcétera. El año pasado en Viena nos llamó la atención que en los cafés más elegantes de Viena (que ya es decir), el azucarero era de esos de vidrio con un tubito, nada de esos estuches para el azúcar con los que cualquier bar no obsequia. Algo impensable en España, con esa moral de nuevos ricos que nos hace derrochar y gastar dinero en tonterías. Evidentemente, tengo alumnos para los que gastarse 6 € en un libro de lectura del que se van a examinar y que tendrán toda la vida en la estantería era un despilfarro, lo que nos les impide llevar zapatillas de 90 € de marca que les duran 1 mes o el último móvil de 300 € que cambiarán a los 6 meses escasos. Y por supuesto, alumnos que me han dicho que tener el canal satélite era imprescindible, pero leer no.


En medio de esto del iphone, que ocupó minutos en los principales telediarios, una patera llegó a Almería con un montón de cadáveres y otro buen montón que había arrojado por la borda. Del comprador del primer iphone conocemos hasta el nombre y condición social, de estos desesperados que vienen a pertubar nuestro idilio con el mundo perfecto, nada. Perfecto.


P.S. Pondré durante unos cuantos días fragmentos de canciones de Sergio como título de las entradas. La música que acompaña hoy esto podría ser el último cd que me he comprado, Chris Walla, cantante de Death Cab for Cutie, Field Manual. Salud.

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viernes, julio 11, 2008


El hombre bombilla se apagó


Como no tengo ganas de nada (el funeral ayer fue durísimo), os dejo con dos vídeos de You Tube, ya sé que el sonido es malo, pero de "Dos ostras", una de mis favoritas de La Costa Brava, no he encontrado nada. Saludos.

Y espero, Sergio, que haya cava frío y buen vino blanco allá donde estés, además de amigos, chicas guapas y música elegante.

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la costa brava, dos ostras, sevilla 24/3/2007

El Niño Gusano - Pon tu mente al Sol

jueves, julio 10, 2008



A un hombre portugués


(in memoriam Sergio Algora)




Nunca pensé tener que escribir esto. Sergio es uno de mis mejores amigos, de esos que te ves un rato y en seguida entras en el juego de la complicidad. Hoy los blogs bullen de su recuerdo, de su surrealismo y su bondad, y los que somos sus amigos lo sabemos, y los que no, como nos conocen a nosotros, se lo pueden imaginar. Su mala salud de hierro siempre rondaba por ahí, pero yo lo veía últimamente muy bien, en esas charlas de persiana echada y vino blanco con la que nos obsequiábamos, además de las docenas de cds que nos hemos grabado mutuamente, yo más pop, el más bizarro y a la última. Esta semana, que yo estaba en Tarragona, le iba a comprar otra de esas botellas de vino blanco que tanto le gusta, para que se la bebiera a medias con su chica, Maribel, que no os quiero decir cómo estaba. Pero probablemente la hubiéramos abierto al dársela y habríamos puesto nuestra mente al sol, pensando en mujeres portuguesas, en condesas aragonesas, haciendo llamadas perdidas ("saber y perder es lo que hago siempre /saber y perder lo tengo por costumbre/ y es lo que hice ayer").

No sólo nos quedan sus discos con El niño gusano, Muy Poca Gente y La Costa Brava, sus libros (esa novela que no me ha dejado porque la había vuelto a revisar), sus relatos, nos queda él. Y quedamos sus amigos, que somos un poco él, pero hoy nos hemos quedado sin hombre bombilla. Un abrazo, Sergio, que así acabábamos nuestros mensajes.
P.S. Hoy, las lágrimas y los lexatines, unidas a la conexión a pedales que tengo en ZGZ, no me dejan subir vídeos, pero os recomiendo cualquiera de sus cds, por ejemplo Las llamadas perdidas. Salud!!!

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domingo, julio 06, 2008

La Mode-Para tí

Según Túa, una de las mejores canciones del pop español, lo que suscribo. A tu salud!!

sábado, julio 05, 2008


Está(Túa)





De todos los profesores que tuve en la uni (una uni en la que había 20 ordenadores Mac y en la que había que llevarse el sistema operativo en un disquete porque si no no funcionaba, de tal forma que en cada disquete sólo cabían 20 folios o así de texto..., de esa época hablamos) guardo un buen recuerdo intelectual de dos o tres profesores, escasamente, pero sólo me jacto de ser amigo de uno de esos dos o tres, del señor catedrático de Teoría de la Literatura Jose Ángel Blesa Lalinde, más conocido como Túa Blesa (y ese Túa le ha dado pie a un jugoso montón de anécdotas cuando lo confunden con una señora catedrática más o menos respetable). Y ayer me lo encontré, y tomamos una cerveza y una croqueta. Túa es, de largo, el profesor más peculiar que te puedas encontrar en una carrera bastante anodina como es la Filología Hispánica. No sólo por sus enormes conocimientos de toda la literatura universal digamos "obtusa", de la que no se suele hablar (sus ediciones de Leopoldo María Panero son inmejorables), de la teoría de la literatura y de la crítica, de todo lo que es heterodoxo, de las artes plásticas más vanguardistas (ahora le ha dado por la obra plástica-literaria de Jaume Plensa, que pongo debajo, por aquello del signo y el significante y esas cosas), no sólo por eso, decía, sino por él soi-même, su arrolladora personalidad juvenil.


Siempre he pensado que Túa es el profe más mayéutico que he tenido, el que de verdad te enseñaba a parir tus ideas, que te escuchaba y tenía en cuenta tus cándidos comentarios de alumno de 3º de carrera. Y que igual te hacía un día la incómoda pregunta de si había que dar limosna, que montaba un congreso sobre el amor en Benasque al que acudía lo mejor de la literatura y teoría española, y... mil asistentes de pago, en mitad de septiembre!!! Y siempre atento a lo que se escribe, incluso a lo que, algunos de sus alumnos dignos del Bartleby que él conoce, no escribimos.


Todo un lujo, sí señor, si va a alguna uni a dar alguna conferencia (aunque no se prodiga demasiado) no os lo perdáis, igual que si veis alguna cosa prologada por él o sus siempre clarividentes críticas en "El Cultural" de El mundo. Ahora, incluso tiene un grupo punk, Doctor Túa y los graduados. Eternamente joven. Salud, compañero!!!


P.S. En su honor, la música no podía ser otra que ese Lou Reed que tan bien conoce, por ejemplo el de uno de sus últimos cds, New York, aunque buscaré en you tube algo que también le gusta, Fernando Márquez con su
Paraíso y su "Para ti". Pues eso, "Adelgazar/ en una calle/ de Praga".

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jueves, julio 03, 2008













Historia de tres bares (I)



Si Dickens escribió la Historia de dos ciudades, uno, muchísimo más modesto, va a escribir la historia de tres bares, de tres bares que han significado mucho para mí.




El primero de los bares de los que os voy a hablar se llamaba Café Windsor y estaba en el nº 127 del Coso de Zaragoza. Como no hay forma humana de encontrar una foto en la red, os pongo la iglesia de la Magdalena, que está justo al doblar la esquina.





El Windsor fue el bar de mis años universitarios, de los años que van de los 18 en adelante (no, no es la época de esta otra foto, no penséis). Era uno de esos cafés de los que llamábamos de abuelos, donde una inmensa barra de formas redondeada tenía un montón de pinchos populares, sobre todo rebozados (ay, ese bacalao que nunca volveré a comer!!), una división con un par de arcos y una zona de mesas de formica donde echar la partida.





Lo más curioso era la mezcolanza que se formaba, los abuelos del barrio (un barrio bastante degradado, con pocas zonas verdes y con unos ancianos que veían con agrado la turbamulta de jovenzanos de tendencias bastante ácratas que íbamos por allí) y los jóvenes de pelaje variado que se fumaban sus petas (cuando eso no era muy cool que digamos) y arreglábamos el mundo entre vermús de granel y cañas. Allí íbamos los antimilitaristas al acabar las reuniones, o al empezarlas, ya que teníamos la sede al lado (un edificio semirruinoso, sin agua y con unas bonitas grietas en el suelo por las que sacabas la mano), los chicos del "Ligallo de fablans de l'aragonés", que compartíamos piso (y a veces éramos los mismos que nos desdoblábamos en triples o cuádruples militancias, pues algún objetor también era antitaurino, o de Ecologistas en Acción, o de la CNT...). Por supuesto, músicos, algún echador de cartas o narrador, agitadores varios...




Allí iba uno solo y siempre encontrabas a alguien, o te ponías a mirar por los amplios ventanales (tendría que ser deporte olímpico, mirar a la calle desde un ventanal de un bar). Allí, como en Luces de bohemia, alguna vez se refugió uno de la policía que venía detrás y encontró la solidaridad y la ira ante lo ocurrido de los dos abuelos que llevaban el café y de los que ya no consigó recordar (Armando?) el nombre pero sí la cara. Y, por supuesto, fue el territorio de los primeros besos, de las primeras emociones que todo lo llenaban. Del día que lo cerraron guardo, no sé dónde, el cartel que se editó en su recuerdo y el vaso de la última caña que me bebí. Salud.


P.S. La música la he puesto de you tube, aunque me dicen que no se oye muy bien, los Golpes Bajos de "Malos tiempos para la lírica", uno de los primeros discos que me compré, imcluso antes de tener tocadiscos (así me obligaba a tenerlo) y que, en esa época, me encantaban y me siguen pareciendo estupendos.

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martes, julio 01, 2008

golpes bajos - malos tiempos para la lirica - 1983