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lunes, julio 14, 2008






Llamando a justicia poética, por favor


La tristeza es un sentimiento profundo, de fondo, ese líquido negro que inundaba la sangre según los antiguos (creo que eso ya lo dije una vez, melancolía viene de melanós, que es griego quiere decir negro, y por eso decían que la sangre del triste es negra) y una de las formas de salir de ella es cambiarla por la mala leche y el enfado, que es un estado más cambiante. Y como en este país de mierda siempre hay motivos para enfadarse, vamos allá.


Por ejemplo, la llegada, como nuevo maná tecnológico, del trasto que pongo arriba, a la derecha (por supuesto), el iphone por el que centenares de personas pasaron la noche al raso en la tiendas de telefónica. Si de algo puede estar orgullosa la derecha mundial es de que sus valores son los predominantes en todas las sociedades y el pijismo lo ha invadido todo, en forma de consumo desaforado, le omnipresencia de las marcas, etcétera. El año pasado en Viena nos llamó la atención que en los cafés más elegantes de Viena (que ya es decir), el azucarero era de esos de vidrio con un tubito, nada de esos estuches para el azúcar con los que cualquier bar no obsequia. Algo impensable en España, con esa moral de nuevos ricos que nos hace derrochar y gastar dinero en tonterías. Evidentemente, tengo alumnos para los que gastarse 6 € en un libro de lectura del que se van a examinar y que tendrán toda la vida en la estantería era un despilfarro, lo que nos les impide llevar zapatillas de 90 € de marca que les duran 1 mes o el último móvil de 300 € que cambiarán a los 6 meses escasos. Y por supuesto, alumnos que me han dicho que tener el canal satélite era imprescindible, pero leer no.


En medio de esto del iphone, que ocupó minutos en los principales telediarios, una patera llegó a Almería con un montón de cadáveres y otro buen montón que había arrojado por la borda. Del comprador del primer iphone conocemos hasta el nombre y condición social, de estos desesperados que vienen a pertubar nuestro idilio con el mundo perfecto, nada. Perfecto.


P.S. Pondré durante unos cuantos días fragmentos de canciones de Sergio como título de las entradas. La música que acompaña hoy esto podría ser el último cd que me he comprado, Chris Walla, cantante de Death Cab for Cutie, Field Manual. Salud.

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4 Comments:

Blogger Alfonso said...

Éste es el mundo, amigo Julio... y espera a la próxima tecnochorrada, que llenará telediarios para que no hablemos de crisis, de condiciones laborales, etc, etc.
Abrazo.

7:35 p. m.  
Blogger Pilar said...

Lo triste np es tanto que en los "paises civilizados" no sepamos quiénes son esa pobre gente que llega aquí alimentando esperanzas de mejorar sus vidas, sino que ni siquiera lo saben en sus paises de origen. Son nada en todas partes.

5:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Bueno pues creo que habría mucho que podríamos hablar, aunque no sea el momento, sobre los supuestos valores de la derecha, que sin embargo tan cómodamente parece haber aceptado buena parte de la izquierda, porque ejemplos creo hay bastantes. En cualquier caso lo más interesante/preocupante/etc. del momento actual me parece que es que el planeta tiende más a los extremos con con una clase consumidora minoritaria ávida de la última gilipollez tecnológica derrochando a todo meter y una extensa parte de la población mundial, casi invisible, que con la elevación de precios de los recursos en general (combustibles, alimentos,...)tiene toda la pinta de empeorar a marchas forzadas. Y luego querremos que no nos salpique todo este desbarajuste.

10:57 p. m.  
Blogger narrow said...

Completamnte de acuerdo con los tres. Así nos va, y mucha pinta de mejorar no tiene. Abrazos.

1:53 p. m.  

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