Píos deseos para empezar el año
Todos los años, en esta fechas, me acuerdo de este poema del poeta barcelonés Jaime Gil de Biedma (1929-1990), para mí el poeta más interesante de su generación, pues supo ironizar y distanciarse un poco de su vida de poeta. Como tantas veces ocurre, lo peor de alguien son sus seguidores, que destrozan su obra con imitaciones e intenciones diferentes al original y la desvirtúan, como le pasó a Jaime Gil de Biedma. Léase con la ironía de quien hacía muchas veces lo contrario de lo que escribía. Aquí os lo dejo.
Pasada ya la cumbre de la vida,
justo del otro lado, yo contemplo
un paisaje no exento de belleza
en los días de sol, pero en invierno inhóspito.
Aquí sería dulce levantar la casa
que en otros climas no necesité,
aprendiendo a ser casto y a estar solo.
Un orden de vivir, es la sabiduría.
Y qué estremecimiento,
purificado, me recorrería
mientras que atiendo al mundo
de otro modo mejor, menos intenso,
y medito a las horas tranquilas de la noche,
cuando el tiempo convida a los estudios nobles,
el severo discurso de las ideologías
-o la advertencia de las constelaciones
en la bóveda azul...
Aunque el placer del pensamiento abstracto
es lo mismo que todos los placeres:
reino de juventud.
Poemas póstumos, 1968
P. S. La música que he elegido para esta mini-entrada ha sido, y os podéis imaginar por qué, Rufus Wainwright, Release The Stars, que no es que me entusiasme demasiado pero que tiene momentos. A disfrutar.
Etiquetas: Jaime Gil de Biedma, Poesía, Rufus Wainwright
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