La memoria del olor
Una de las sensaciones, en el sentido estricto de la palabra de lo que sentimos por los sentidos, es el olfato, las sensaciones olfativas, posiblemente el sentido más atávico, el que más nos vincula con la naturaleza y nuestros ancestros. Todos tenemos una memoria olfativa, desde que en los primeros días de nuestra vida aprendimos a distinguir el olor del pecho nutricio de nuestra madre, todos poseemos un código (eso de lo que habla tantas veces Ferran Adrià) de olores desde nuestros primeros días, y no sólo comida, también la lluvia en la tierra (y ese olor amarillo de cuando mi madre quitaba las persianas de madera y las lavaba en la ducha), la hierba cortada, la piel amada, el patio de casa, un buen vino recién descorchado, las hierbas aromáticas como la menta, lavanda, canela, azafrán, uno de mis olores codificados en mi memoria, el libro recién comprado y editado, el pan horneándose lentamente en una de esas pocas panaderías en la que la masa aún reposa toda la noche... La lista sería eterna y ya ensayó algo Delerm es ese libro lleno de sensaciones que tanto os recomendé, El primer trago de cerveza.
Hace poco leí en uno de esos artículos estupendos de Vicente Verdú que están preñados de ideas y de tendencias que las poderosas multinacionales del automóvil estaban ensayando ya con diversos tipos de olor para sus coches para que así el consumidor se identificara más con la brand, la marca y sus valores. Y esta semana en La vanguardia también recorté algo sobre eso, sobre cómo Zara y otras tiendas ya tenían un olor característico y diferenciador de otras cadenas.
Así que, los que tenemos la suerte de tener buen olfato (ventajas de no fumar) ya sabemos que nos vamos a encontrar cada vez más con olores que nos identifiquen, que nos retrotraigan a otros tiempos, que nos vendan recuerdos inventados: hoteles, perfumes, ropa... Pero los nuestros no nos los van a quitar. Así que, ahora que empieza el otoño, con sus hojas secas, sus setas escondidas, su humo suavemente suspendido en una mañana neblinosa, el mar embravecido, las tormentas, pronto las castañeras... a disfrutar.
P.S. Difícil me lo pongo para poner alguna canción de olor. Está el "Olor a carne quemada" de Gabinete Caligari, pero no es apropiado, o el "Smells like ten spirits" de Nirvana, pero tampoco, así queme quedaré hoy con el single de Marlango, "Hold me tigh", cuyo vídeo es sugerente y adecuado para alguna de las cosas de las que hablo, su web, http://www.marlango.net/. Que vaya lindo.
Etiquetas: olor, sentidos, vida cotidiana.
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