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lunes, junio 04, 2007






La epifanía del vermú










La verdad es que no sé de cuándo me viene la costumbre, pero hace ya muchos años que el momento más feliz de la semana es el domingo, ese día anarquista del que ya hablé, cuando salgo a echarme un vermú, así con ú. En Cataluña lo dicen más vermut, en otros vermuz, o vermutito, yo vermú.




Sin ponernos en plan magdalena de Proust, recuerdo mis primeros vermús de adolescente, en el añorado bar Windsor de Zaragoza, en el Coso Bajo, donde tomaba siempre ese vermú que le llamaban remolachero, sin marca y cabezón, pero rico fresquito y con sifón. A veces era cerveza, depende de lo del día de antes. Después ya el vermú ha ido cambiando, a veces tapas caras de las que ponen por ahí, por ejemplo en los Vitorinos de Zaragoza (ah, esa colmenilla con foie), otras veces una buena fritura de chipirones o calamares con cerveza.




Resulta que los ingleses presumen de inventar el brunch y hace años que uno se ha levantado el domingo tarde y ha desayunado cualquier cosa o lo ha sustituido por el vermú directamente.


Es un rito magnífico y gustoso. coger el periódico, pasear al sol, ir al sitio en cuestión que uno haya elegido. Es bueno fiarse de los bares donde se ve gente, sobre todo si es gente de la que ya no se deja engañar con los supuestos chollos, ni de la que le gusta presumir de lo mucho que se puede gastar. En Madrid hay sitios fantásticos, en Barcelona iba mucho al Mañé, al ladito del mercado de Sant Antoni, pero el domingo cierra y había que ir al Amigó, aún más cerca de los libros.


¿Y en Tarragona? Sin lugar a dudas, mis amigos ya lo saben, soy asiduo de El Tóful, en la plaza del Fórum, unas bravas estupendas, chipirones y mejillones con romesco como sólo los hacen en esta parte de Cataluña. Un bar de los que ya tienen sus buenos 50 años, con una atención exquisita y un ambiente acogedor de verdad. Y hoy está cerrado, así que lo dejaré para otro día.


Salud.


P.S. ¿Qué le pega a esta entrada? Algo tipo Tonino Carotone, o Macaco, o Muchachito Bombo Inferno. A disfrutar.

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3 Comments:

Blogger Alfonso said...

¡Dios, qué hambre! Más que hambre, necesidad, que ya sabes que no puedo darle al picante y derivados. Por supuesto, entre lo que más añoro de la Imperial Tarraco es el Tóful (como en Valencia los mejillones aquellos a los que me llevaste). Hay que cuidar el espíritu, que el cuerpo ya lo cuidamos con los libros y la música. ¡Una de vermú...!

11:01 p. m.  
Blogger conde-duque said...

Yo también me apunto!!!! Qué hambre me ha entrado... Estoy por bajarme a tomarme unas bravas, aunque todavía es pronto: sería mejor bajarme a La Musa de Malasaña a tomarme mi "desayuno catalán" (así se llama), con pan tumaca. Me levanta el ánimo.

11:07 a. m.  
Blogger narrow said...

Los mejillones de El Pilar de Valencia, al lado del Mercado, son de lo mejor en Valencia. Y conde, se ve que, según contó una vez el antropólogo Manuel Delgado, lo del pan con tomate es un invento de la inmigración que fue a BCN a trabajar para la expo universal, sobre todo murcianos, que tenía que hacer algo para ablandar el pan reseco y se le ocurrió eso.
Salud.

11:00 p. m.  

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