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martes, octubre 21, 2008



Hojas de otoño

Antes de nada, se impone pedir disculpas. Mi ritmo de entradas en el blog ha descendido vertiginosamente, y prometo mejorar. Entre que tengo un horario de pena que no me permite tener ningún rato libre (y los que tengo los he de dedicar a cuestiones de mis tutorías), que me he cambiado de piso y todavía no he abierto todas las cajas y que el calor no me deja descansar, todo eso confluye en que este blog esté desabastecido.

Pero poco a poco. Antes de nada, anhelo ya la llegada del otoño, lluvioso, fresco, con sus hojas pardas por el suelo. Como suelo decir, en el verano sobrevivo, e
n otoño crezco, y por eso, cuando el otoño se retrasa, mi nivel de mala leche en sangre se incrementa. Estoy deseando que el jazz se infiltre en mis altavoces, que la melancolía me tiña un poco la ropa y arrebujarme en la manga larga y el tacto de la lana.

Noviembre es
saludado casi unánimemente como un mes de jazz, los festivales florecen por doquier, y este año además hay que acordarse de un fotógrafo que acaba de fallecer, William Claxton, uno de los que más contribuyeron a fijar una iconografía del jazz en un crudo blanco y negro.

Alguna vez he dicho que yo me a
ficioné al jazz por estética, leyendo a Julio Cortázar, a Muñoz Molina. Y en ese imaginario también tiene un lugar importante la imagen fotográfica de un Chet Baker, un Miles Davis, posteriormente del jazz más bailable de Jimmy Smith o Grant Green.
Así que, en resumidas cuentas, a esperar que llegue el buen tiempo otoñal y podamos renacer en nuestras crisálidas.

P. S. Cualquiera de los discos que pongo valen como fondo, aunque el último jazz que me ha comprado fue algo de Art Pepper y otro cd de Jimmy Smith.
Salud.

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