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viernes, septiembre 19, 2008






El hombre perdido





A ver si voy cogiendo ritmo, que he apuntado varios temas que no quiero que se me pasen, lo que pasa es que algunos he de hacerlos en el ciber porque en casa, a 7kb por segundo (has leído bien, querida, 7Kb/s) os podéis imaginar lo que cuesta subir un vídeo o imágenes.




Pero vamos poco a poco, que como decía el proverbio, no hay camino largo que no comience con un paso.




El otro día me compré y luego vi en casa la única peli de este señor, László Löwenstein, ese pedazo de actor conocido por el nombre de Peter Lorre. Nació en Hungría, de origen judío, pero su pueblo, cosas de la historia de Europa, hoy es Eslovaquia. Encabezando esta entrada lo podéis ver en una de sus más memorables actuaciones, en M, el vampiro de Düsseldorf, de Fritz Lang (1931). Hubo un tiempo en que los buenos actores, acostumbrados durante años a hacer docenas de películas (y en muchos casos después de una larga carrera actoral teatral a cuestas) se pegaban años y años con un proyecto de película, buscando financiación, convenciendo a amigos para que les hicieran diversas labores y al final podían hacer una peli. UNA, porque en muchos casos ya no les dejaban estrenar otra. Y eso le pasó a Lorre, actor que llenaba la pantalla con su peculiar físico de mirada de pez. Hasta el año 1951 no pudo estrenar esta peli. No es una obra maestra, pero tiene un no sé qué inquietante que me atrae, una bella y expresionista fotografía en blanco y negro muy crepuscular y unas escenas finales en un Hamburgo todavía reventado por las bombas de la Segunda Guerra Mundial que me la hacen muy atractiva.


Hoy en día, que cualquier actorcillo-a de veinte años que sólo sabe poner la cara de "qué hago yo aquí?" da "el salto a la dirección" (así lo dicen) no hay que dejar pasar estas pelis únicas de actores fuera de serie, que llevaban el cine en sus venas y que trabajaron con los más grandes.

Tal vez, el mejor ejemplo de todo esto sea esa obra maestra del cine que dirigió ese grandísimo actor que era Charles Laughton, La noche del cazador, (1955), con un perturbador Robert Mitchum en una de sus mejores interpretaciones. Pero ésa será otra historia.
P. S. Una de las mejores novelas de Ramón Gómez de la Serna, El hombre perdido, es anterior a esta peli, pero sí que puedo poner una referencia musical. En los 80 había un grupo de culto, de esos que vendían 300 copias en toda España, 250 de las cuales eran en Valencia (donde además los llevaban a actuar) que se llamaban The jazz butcher. Este grupo tenía una canción que me viene machaconamente a la cabeza cada vez que veo a Peter Lorre cuyo estribillo decía "Peter Lorre, Peter Lorre is OK, is OK".
Salud!

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1 Comments:

Blogger ignatius said...

Imagina que un día vas por la calle de la mano con tu hija de diez años. De repente te detienes frente a un quiosco y ella sigue caminando unos metros por delante de ti. Un instante después te roza el brazo una sombra fugaz que va silbando "En el Palacio del rey de la montaña" del Peer Gynt.

3:22 p. m.  

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