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miércoles, junio 11, 2008







Fuera, gelatina vil




Reconozco que esta frase de El Rey Lear de Shakespeare siempre me impactó desde que la leí en los pleistozónicos tiempos de 3º de BUP. Y ahora viene al pelo después de haber visto ayer Antes que el diablo sepa que has muerto, la última peli de Sidney Lumet, el director de Doce hombres sin piedad y otras grandes pelis.



La peli es magnífica, lo más moderno y a la vez clásico que se puede ver en la cartelera. Con una estructura en constantes flashbacks, repitiendo los hechos desde diferentes puntos de vista y encuadres y con una temática claramente shakespeariana de la que no os voy a decir nada, sólo que el director se sitúa por encima de los personajes y los zarandea. La fotografía, entre saturada y tenebrosa (un crítico decía que es como si se hubiera filmado un día de resaca, con las gafas de sol puestas) coadyuva mucho al efecto final.



Pero lo mejor de todo, siendo todo estupendo (un "pero" pongo, el último plano de la peli, que no entendí) son los actores y su dirección. De Philip Seymour Hoffman poco hay que añadir, creo que es de los mejores actores de su generación y lo demuestra en cada peli, que sólo por su presencia merecen la pena ser vistas, desde Happiness hasta La familia Savage, pasando por la oscarizada Capote, de la que ya hablé aquí. Pero además el resto del reparto también lo borda, Ethan Hawke, la siempre atractiva Marisa Tomei, ese pedazo de actor que es Albert Finney...


El guión te lleva y te trae como un mecanismo de relojería a punto de estallar. Y Sidney Lumet tiene nada menos que 83 años, manteniendo un pulso portentoso. Yo que tú iría a verla antes de que la quiten.


P.S. A la peli le cuadra perfectamente uno de los discos que me compré ayer, Can our love..., de los siempre tenebrosos Tindersticks y la voz profundísima de Stuart Staples. Ya sé que son lo mismo de siempre, esas baladas tristes que parece que te llora el cd al oído, pero me gusta. A ver si os pongo algún vídeo.
Salud.

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2 Comments:

Blogger Pilar said...

Lo siento, pero yo no lo veo así. Las actuaciones son magníficas, sobre todo la que Philip Seymour Hoffman, eso es cierto.

Pero no logro verle la gracia ni el sentido a tanto flash-back anticipatorio contando varias veces lo mismo.

Y francamente, si no fuera porque es dramática en algunos momentos parecería cómica. Cambia el escenario y ponle acento venezolano a los personajes y tienes un culebrón en toda regla.

No es para tanto, la verdad, ni mucho menos.

7:17 p. m.  
Blogger narrow said...

Lamento disentir, y no sólo yo, hoy en "Cultura's" de La Vanguardia le dedican 2 páginas y la ponen muy bien, la igual que lo hizo Boyero, otro insobornable. Yo la sigo recomendando...

7:52 p. m.  

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