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domingo, diciembre 28, 2008






El galápago (político)









En todos los países han existido y existirán turbios hombres de Estado, de esos que no se bajan del coche oficial desde el bachillerato hasta la jubilación e incluso más.


El caso más conocido de ese maquiavelismo político quizá sea el del duque de Otranto, Joseph Fouché, figura que tan magistralmente plasmó J.-L. Brisvielle en su estupenda La cena (¡qué gustazo de representación nos ofrecieron hace unos años Flotats y Carmelo Gómez!) y que goza también de una excelente biografía de Stephan Zweig.




Pero en la política contemporánea también hay muestras de esos seres ambiciosos que manejan las telarañas del poder durante años e incluso cuando ya no salen en los papeles. Si en Francia hubo un Mitterand megalómano, en la política italiana, siempre tan "entretenida" tuvieron a Giulio Andreotti, al que le dedica una formidable peli, Il divo, el italiano Paolo Sorrentino. Por cierto, qué envidia de Italia (no por ese presidente nefasto y corrupto que es Berlusconi, por supuesto) con un cine tan variado, tan clarividente y tan cercano.


A lo que vamos. La peli no es un biopic, aunque se dedique a mostrar las miserias de un personaje, Andreotti, sin ningún tipo de consideración. Es una lúcida reflexión sobre la naturaleza del poder, sus servidumbres, sus soledades (impagable la escena en la que el matrimonio ve en la tele un concierto de uno de estos italianos melosos), sus sótanos y sus cloacas. Pero es que además está excelentemente rodado, con unos planos magníficos, una luz desvaída (que recuerda a la tonalidad de Gomorra), un guión sin fisuras y unos intérpretes emtre los que destaca la composición del personaje tan complejo que efectúa Toni Servillo. borda el papel de un Andreotti cínico, egocéntrico ("Sé que soy un hombre medio, pero cuando miro a mia alrededor no veo ningún gigante") cuya máxima preocupación suele ser que la aspirina que se toma varias veces en la peli (en unosplanos recurrentes que son toda una filosofía vital del personaje) le quite el dolor de cabeza.


Desde ya entra en la categoría de pelis inolvidables del cine europeo del año. En resumidas cuentas, altamente recomendable.


P.S. La BSO está bastante bien, aunque algunos toques electrónicos eran algo pesados, no sé si por fallo del sonido del cine. Eso sí, suena una bella canción de Beth Orton, de la que os recomiendo éste Central Reservation. Salud.

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